viernes, 6 de marzo de 2009

Las hormigas

1

Es su casa
me dicen

yo
no encuentro nada de ella

sus libros
dicen
esos
agolpados al borde de los vidrios
como las almas anhelantes de los muertos
cuánto que nadie les conversa

y está cerrado el cuarto de su infancia
quizás siempre lo ha estado
aún para ella

sólo se siente
un tiempo ardido
un aire
que crepita en la sequía

como una leña del monte
con cien años de sed en los tendones


2


pero
el patio
es una arabia

caravana de aromas
de inciensos y resinas
detenida

aquí padece
y reina
la magnolia

y la sófora
enciende
su innumerable candelabro de oro

y la sombra de toro
enristra sus moharras

y el molle
su carcaj
flechando soles



3


ella no cabe adentro de la casa
adentro
de vitrinas ni muebles

no cabe
en catastros ni ejidos
ni en la memoria de las buenas gentes

salvo
para romperla
salvo
para romperse
4


La magnolia agoniza
y al extremo
prorrumpe en flor

después
sus alas caen
enrojecen
en el ardor del tiempo

las hormigas
que no saben omitir

las hormigas
destazan
los pétalos
los sumen en su oscuro

a fermentar
qué vinos de dulzura
qué hongos
qué alucines



por eso
en tiempos de sequía
se ven
hormigas voladoras



En la casa de Olga Orozco, Toay.

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