viernes, 6 de marzo de 2009

Tiempo atrás

Ver en esta época, cómo en ciertos lugares, entre la podredumbre apagada del suelo, aparece un matiz de verdor, y allí se forman las hojas; y cómo ya formadas, en cierto momento se levantan y suben balanceándose por el aire, hasta que van a instalarse en un lugar preciso, en la yema de una rama, allá arriba. Ver a los pájaros formarse en el polvo, como si una mano invisible los amasara con la harina de la disolución. Y una vez formados, cómo alzan vuelo; agitando las alas hacia atrás, como siempre. Y después anidan; y a medida que pasan los días se van empequeñeciendo más y más, hasta que por fin se pliegan y se ocultan, hechos un ovillo, en un diminuto huevo moteado.
Pero hay quienes anuncian que sobrevendrá un trastorno; sucederá lo que ellos llaman un comienzo. Y a partir de ese cataclismo todo marchará a la inversa: hacia un final, una disgregación de cada ser, de cada cosa.
Y así el tiempo, nacerán las ciudades.

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